Snoopy es un Beagle alegre y siempre con su colita activa lanzando sonrisas, atento a cualquier movimiento impreciso en la cocina y dejar a su nariz determinar que es momento de investigar, generoso al aceptarme desde el inicio en su mundo tal cual soy, alocado cuando se trata de perseguir conejos en la oscuridad.
Snoopy entrega todo lo que es y no deja espacios para dudas acerca de su capacidad de amar y ser amado, su inteligencia puede sorprenderte en segundos y que decir de su personalidad y actitud al momento de salir de paseo sea en auto o caminando. Cuando pasea en auto requiere visión completa acerca de lo que ocurre a su alrededor, así que por decisión propia escoge su lugar y permanece enfocado durante todo el viaje… Por momentos lo observo y me pregunto que pensara y como hace para permanecer enfocado por tanto tiempo, esa habilidad es admirable.
Snoopy tiene un millar y más de destrezas innatas, pero hay una en especial que me embriaga y contagia al observarlo durante nuestras caminatas. Snoopy y su intensidad al disfrute del presente es ejemplar, persuasiva y sublime. Compartir un paseo con Snoopy cuando le visito es inaplazable. Si, así es… Creo que él sabe perfectamente que si estoy allí es para visitarlo y salir juntos de paseo.
Cada paso de Snoopy lleva un ritmo y su nariz es la directora de la banda al momento de conectarlo con su presente. No hay sensaciones ni perfumes fuera de su alcance y como por arte de magia su nariz le revela cómo, cuándo, dónde parar y accionar su sensibilidad, conectando con su presente, disfrutándolo y sin prisa alguna continuar su camino.
Los pasos de Snoopy y su corporalidad al darlos son tan firmes que pueden hacer dudar a cualquiera acerca de hacia dónde dirigirse. Creo que en ese sentido hace honor a su raza, como dije antes Snoopy es un Beagle y es inevitablemente terco, para mí, un terco encantador.
Como en cualquier relación Snoopy y yo hemos tenido diferencias, ambos sabemos que somos obstinados y sin embargo amamos nuestros paseos y nuestro tiempo juntos. Creo que al final ambos sabemos que tener diferencias es parte del camino y nada mejor que esta foto para demostrarlo. Cada uno puede dirigir su mirada hacia diferentes direcciones, pero al final siempre encontramos un medio en el cual ambos podamos convivir sin intransigencias y apoyándonos el uno al otro y creo que esto solo ocurre porque ambos nos amamos. El amor es parte de nosotros y de nuestra relación y cuando existe amor incondicional, compasión y aceptación no hay espacio para otra emoción que alegría y para otro sentimiento diferente el amor mismo.
Todos tenemos un Snoopy a nuestro lado… Pareja, hijos, padres, familiares cercanos o lejanos, amigos, vecinos, mascotas en general siempre hay alguien que está dispuesto a ser maestro y aprendiz y desea compartir contigo desde el amor. Dejar la intolerancia para abrir paso a la aceptación es posible si nos permitimos encontrar un medio donde podamos vivir presentes en el presente, convivir más felices y admitir que es fundamental desarrollar habilidades como las que Snoopy posee.
Te Quiero Snoopy.
Hasta el próximo sueño…
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