Hace ya tres años
que sueño
que abren mis senos
y corre tanta sangre
desde las dos heridas que los atraviesan
que puedo olerla y tocarla
en otras ocasiones
mis senos están
tan rojos e inflamados
que literalmente explotan
mis senos
han despertado
lujuria y deseo
algunos de mis amantes
decían que mis senos
eran redondos
como naranjas
suaves y dulces
como malvaviscos
con un tamaño
casi perfecto
que no podían
resistir tocarlos
y acariciarlos
una y otra vez
con sus lenguas
otros decían que eran
como peras dulces
y podían comerlos
todo el día
mis senos
no eran diferentes
a los de otras mujeres
pero yo prefería
creerles y sentirme
alagada con sus palabras
aunque a decir verdad
mis amantes
insistían que mis senos
no eran mi único atributo
unos adicionaban
mis piernas
pero en general
todos coincidían
por el gusto
de mis llamativos
glúteos
y que decir de mi vientre y cadera
mis amantes las describían
como montañas rusas
llenas de aventuras
gritos miedos y goce
que al finalizar el viaje
les dejaba sin aliento
e inevitablemente
imploraban subir nuevamente
en aquella atracción excitante
que permanecía escondida
entre mi vientre y cadera
bajo las sabanas
asientos traseros de carros
cuartos escondidos
baños de espuma
e incluso frente a las sensuales paredes
mis amantes siempre encontraron
una excusa para
acariciar mis piernas
subir mi falda
llegar a la unión de mis muslos
y correr lentamente mi ropa interior
sus rostros incitados al notar
que sus dedos podían
enviar señales directas
hacia mi sur
revelaban en secreto
el revuelo y el apetito sexual
mis amantes y yo
convertíamos un balancín de parque
en una fiesta privada
donde el agite y el deseo carnal
se volvían fuego
ellos suplicaban aventuras
en aquella mágica maquina
que comenzaba entre el sabor
movimiento sereno
y sensual de mi lengua
e inexplicablemente aceleraba el ritmo
de sus latidos cardiacos
al detenerse justo entre mis senos
traspasando curvas
mientras la fricción
incitaba a tocar mi entre piernas
amasar mis senos
y convertir nuestros cuerpos
en cálculos matemáticos
aquellos senos que iniciaban
juegos e invitaban a la feria de atracciones
hace ya tres años
que no me acompañan
de un momento a otro
ellos pasaron de ser naranjas peras o malvaviscos
a una marca más dibujada sobre mi cuerpo
y yo pase de la lista de amante
a la de sorprendidas bendecidas y sobrevivientes
a la lista de suertudas
que despiertan tras sangrientas y oscuras pesadillas
temerosas angustiadas llorosas tristes
preguntándose si hoy su suerte cambiara
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